martes, 22 de octubre de 2013

¡Yo conspiro en la Universidad Metropolitana!

Hoy 22 de octubre de 2013, una noticia me perturba: Una comisión de la Asamblea Nacional decide interpelar al Rector de la Universidad Metropolitana Dr. Benjamín Sharifker, pues según un diputado del PSUV desde esa Universidad se "conspira en contra del régimen y se adoctrina a sus estudiantes".

Las palabras del Diputado proponente de la investigación no pueden, sino alertar gravemente a toda la comunidad universitaria del país; se pretende desde el poder censurar abiertamente lo que se enseña en las universidades (a las cuales el gobierno siempre ha querido ponerle la mano y no ha podido a pesar de presiones de todo tipo). Pretende el gobierno imponer un "pensamiento único" de cátedra, en la misma línea de la imposición de la hegemonía comunicacional o de la satanización de todo cuanto no sea "socialismo". A pesar de que la Constitución y la Ley de Universidades consagran la libertad de cátedra, desde el poder se pretende avanzar en las aspiraciones totalitarias e impedir que en las aulas de clase se enseñe libremente; es claro que para terminar de doblegar a la democracia hay que doblegar a la diversidad del pensamiento.

Desde 2007, soy docente de la Universidad Metropolitana, en ella doy clases de "Derecho de la Economía de Mercado" e "Introducción al Análisis Económico del Derecho", por mis manos han pasado varias cohortes de pregrado y de postgrado y hoy leyendo la grave noticia termino convencido de que durante ese tiempo no he sido "profesor" sino un conspirador.

Soy un conspirador porque trato de enseñarle a mis alumnos cosas como libertad económica, libre competencia, libre desenvolvimiento de la personalidad, pluralismo político, legalidad positiva del particular y las limitaciones legales de las actuaciones del estado; en fin, una serie de valores que configuran al Estado Social de Derecho y su modelo económico contenido en la Constitución. ¡Claro está, enseñar eso es conspirar!. ¡Es que tengo que ser un conspirador! o si no ¿cómo pudiera llamarme por enseñar  algo que el estado (todo el, no solo el gobierno) se ha empeñado en mostrar fallidamente como la causa de todos nuestros males a pesar de estar consagrado en la Constitución?

En la Universidad Metropolitana nos empeñamos en enseñar a nuestros estudiantes a ser emprendedores, solidarios, responsables, eficientes, libertarios, honestos, líderes,...obviamente esas cualidades asustan a muchos; en especial a aquellos que no teniéndolas detentan el poder con escasez moral e ineficiencia crónica habiendo dilapidado y saqueado nuestros recursos. Pretender que nuestros alumnos fortalezcan por sí mismos y con nuestra ayuda esas cualidades no puede ser sino un acto de conspiración superlativa.

No puede ser sino un terrible acto de conspiración mostrarle nuestros estudiantes las muchas aristas que tiene un asunto; hacerles ver, que por muchas veces que nos llenen de dogmas o supuestas verdades siempre habrá que hacerse todas las preguntas que quepan y que cuando estemos totalmente convencidos de algo; por sanidad mental, hagamos el ejercicio de cuestionarlo, sea para reencontrarnos con esa verdad o para descubrir una nueva.

Es abiertamente conspirativo ser innovador, es abiertamente conspirativo ser un buscador de verdades, es abiertamente conspirativo ser creativo. Siendo así, entonces es absolutamente necesario para la evolución de las ciencias y las artes ser conspirador.

¡Soy conspirador! y lo hago en la Universidad Metropolitana varias veces a la semana.


Vicente González De La Vega
Abogado Especialista en Derecho Corporativo
Profesor de pre y postgrado de la Universidad Metropolitana